
Maxi Morales, brillante tarea en Utah y pase al Mundial
Se puso el dorsal 809 y salió a cumplir su sueño. Y vaya que lo hizo. El destacado atleta local, Maximiliano Morales brilló como nunca y logró el segundo lugar en su categoría en el Ironman de St.George, en Utah, Estados Unidos, para conseguir la clasificación al Mundial de Hawai.
Maxi, de 35 años, estuvo siempre entre los mejores y además finalizó 14º en la prueba que se realizó el sábado con parciales de 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42 de pedestrismo.
Morales empleó un tiempo de 9 horas 30 minutos y 25 segundos para ser segundo en la división de 35-39 años. Fue el único argentino de los tres presentes que completó el recorrido. Hubo más de 2.000 participantes.
El roquense registró 55 minutos y 11 segundos en el parcial de natación, 5 horas 17 minutos y 9 segundos en bicicleta y 3 horas 13 minutos y 48 segundos en carrera.
De la natación salió en el puesto 29 y 6º en su división. Ya en bicicleta fue 32 en la general y 6º en su categoría. La remontada llegó a pie: 14º y 2º, respectivamente.
El ganador de su división fue Fabrice Houzelle con 9.26.09 y el de la prueba, Mathias Hecht con 8.32.03.
Desde St.George, Morales escribió unas líneas contando su gran experiencia.
“El Ironman de St.George es uno de los más difíciles por su geografía, altura y clima. Los circuitos son tremendos, comenzando por la natación que se realizó en un lugar muy lindo entre montañas rojas, grises y un lago planchado, pero muy frío. Los profesionales no eran muchos, pero los que estaban eran buenos”, contó Morales.
Y siguió repasando su gran prueba. “Hubo presencia de suizos, canadienses, australianos y estadounidenses. El grupo grande de todas las categorías largamos 17 minutos después y empezamos flotando en el agua con un lago frío, pero con mucha ansiedad. Yo salí a nadar fuerte para no perder la punta del pelotón y así fue que llegué en la posición 29 en la general contando a los profesionales y sexto en el grupo de edad. En 55 minutos ya estaba fuera del agua y me esperaban unas 5 horas de bicicleta por un circuito que ni les cuento: terrible, subidas interminables, a más de 17 kilómetros en la hora y en otras partes a mucha menos velocidad. Logré mantenerme adelante, traté de no perderle pisada a los punteros, pero pasaban las horas y cada vez sentía más el desgaste físico. Sin embargo, la mente estaba puesta en terminar bien la etapa de bicicleta y no terminar roto para poder hacer una buena maratón, estando más entero. Pero, faltando 4 kilómetros para el cierre del parcial de bicicleta, equivoqué el camino y me pasé de largo un kilómetro y lamentando que lo iba a pagar volví al circuito y llegué al parque cerrado”, recordó Maxi.
En el tramo final no se guardó nada, pese a las complejidades del pedestrismo. “Luego encaré los 42 kilómetros de maratón donde no hubo nada de llano, todo era subir y algunas bajadas llanas. Fueron dos vueltas terribles y no daba respiro. Lo único tranquilizante fue la perfecta organización: no faltaron geles, agua, banana. Gatorade, esponjas mojadas, manzanas, barras de cereales y todo cuando querías. Sabía que no iba mal en la categoría y cuando me di cuenta estaba primero en el grupo de corredores por edades, pasando a atletas profesionales, mi ritmo era muy bueno con un promedio de 4 minutos y 10 segundos por kilómetro bajando a 4, siempre en ese ritmo. Para mí fue impresionante!! Faltando 7 kilómetros para el final fui superado por un francés que venía muy fuerte, con decir que ya tiene experiencia en 10 Ironman de Hawai, es una máquina. Allí empecé a realizar el juego del gato y el ratón y no entendía que pasaba, ¡si me quedaba o no! Pero mi ritmo fue alto y lo pagué, pero estoy muy feliz. Fui segundo en mi categoría y segundo en los del grupo de edades, estoy impresionado conmigo y todo lo hice. ¡Me doy cuenta de lo que hice! Logré clasificar Hawai y estoy feliz! Gracias a mis hijos Lucas, Máximo, Tiziano y a mi mujer Silvana que me aguanta estas locuras. A mis padres, a mis hermanos y a la gente que me ayudó con un grano de arena para poder estar acá en Estados Unidos como Hernán Secreto, Rafael Greck, Alpha Deportes, familia Regliner, a todos. Ahora tendré que buscar la plata para poder representar a mi ciudad en el Mundial de octubre. Ya hice lo que tenía que hacer y ahora voy a necesitar ayuda”, concluyó.
Nota: Adrián Hernández.
Foto: gentileza.
Maxi, de 35 años, estuvo siempre entre los mejores y además finalizó 14º en la prueba que se realizó el sábado con parciales de 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42 de pedestrismo.
Morales empleó un tiempo de 9 horas 30 minutos y 25 segundos para ser segundo en la división de 35-39 años. Fue el único argentino de los tres presentes que completó el recorrido. Hubo más de 2.000 participantes.
El roquense registró 55 minutos y 11 segundos en el parcial de natación, 5 horas 17 minutos y 9 segundos en bicicleta y 3 horas 13 minutos y 48 segundos en carrera.
De la natación salió en el puesto 29 y 6º en su división. Ya en bicicleta fue 32 en la general y 6º en su categoría. La remontada llegó a pie: 14º y 2º, respectivamente.
El ganador de su división fue Fabrice Houzelle con 9.26.09 y el de la prueba, Mathias Hecht con 8.32.03.
Desde St.George, Morales escribió unas líneas contando su gran experiencia.
“El Ironman de St.George es uno de los más difíciles por su geografía, altura y clima. Los circuitos son tremendos, comenzando por la natación que se realizó en un lugar muy lindo entre montañas rojas, grises y un lago planchado, pero muy frío. Los profesionales no eran muchos, pero los que estaban eran buenos”, contó Morales.
Y siguió repasando su gran prueba. “Hubo presencia de suizos, canadienses, australianos y estadounidenses. El grupo grande de todas las categorías largamos 17 minutos después y empezamos flotando en el agua con un lago frío, pero con mucha ansiedad. Yo salí a nadar fuerte para no perder la punta del pelotón y así fue que llegué en la posición 29 en la general contando a los profesionales y sexto en el grupo de edad. En 55 minutos ya estaba fuera del agua y me esperaban unas 5 horas de bicicleta por un circuito que ni les cuento: terrible, subidas interminables, a más de 17 kilómetros en la hora y en otras partes a mucha menos velocidad. Logré mantenerme adelante, traté de no perderle pisada a los punteros, pero pasaban las horas y cada vez sentía más el desgaste físico. Sin embargo, la mente estaba puesta en terminar bien la etapa de bicicleta y no terminar roto para poder hacer una buena maratón, estando más entero. Pero, faltando 4 kilómetros para el cierre del parcial de bicicleta, equivoqué el camino y me pasé de largo un kilómetro y lamentando que lo iba a pagar volví al circuito y llegué al parque cerrado”, recordó Maxi.
En el tramo final no se guardó nada, pese a las complejidades del pedestrismo. “Luego encaré los 42 kilómetros de maratón donde no hubo nada de llano, todo era subir y algunas bajadas llanas. Fueron dos vueltas terribles y no daba respiro. Lo único tranquilizante fue la perfecta organización: no faltaron geles, agua, banana. Gatorade, esponjas mojadas, manzanas, barras de cereales y todo cuando querías. Sabía que no iba mal en la categoría y cuando me di cuenta estaba primero en el grupo de corredores por edades, pasando a atletas profesionales, mi ritmo era muy bueno con un promedio de 4 minutos y 10 segundos por kilómetro bajando a 4, siempre en ese ritmo. Para mí fue impresionante!! Faltando 7 kilómetros para el final fui superado por un francés que venía muy fuerte, con decir que ya tiene experiencia en 10 Ironman de Hawai, es una máquina. Allí empecé a realizar el juego del gato y el ratón y no entendía que pasaba, ¡si me quedaba o no! Pero mi ritmo fue alto y lo pagué, pero estoy muy feliz. Fui segundo en mi categoría y segundo en los del grupo de edades, estoy impresionado conmigo y todo lo hice. ¡Me doy cuenta de lo que hice! Logré clasificar Hawai y estoy feliz! Gracias a mis hijos Lucas, Máximo, Tiziano y a mi mujer Silvana que me aguanta estas locuras. A mis padres, a mis hermanos y a la gente que me ayudó con un grano de arena para poder estar acá en Estados Unidos como Hernán Secreto, Rafael Greck, Alpha Deportes, familia Regliner, a todos. Ahora tendré que buscar la plata para poder representar a mi ciudad en el Mundial de octubre. Ya hice lo que tenía que hacer y ahora voy a necesitar ayuda”, concluyó.
Nota: Adrián Hernández.
Foto: gentileza.