“Laly” Ulehla y el nuevo objetivo: la cima del Everest

Le pone pasión a la vida, pero su gran pasión es la montaña y no se imagina la vida sin ella. Es de siempre aprendió a dar lo máximo, a no bajar los brazos, a no dejar de intentarlo, a seguir soñando. Y en pocos días, el 7 de abril iniciará el camino a otro gran desafío. A uno que puede hacer historia grande, pese a que ella le resta importancia y no parece caer en ello. En una semana exacta, la montañista nacida en Villa María. Córdoba, pero adoptada hace 22 años por General Roca, María Alejandra Ulehla buscará estar lo más cerca posible del cielo, de subir a lo más alto de los 8.848 metros del monte Everest, la cima más alta del planeta. Será el tercer intento por sumar otro gran capítulo al libro de su vida, el cual ya tiene escritas varias hazañas.
“Laly”, como es conocida por los afectos, por los amigos, conocidos y hasta en el ambiente deportivo, ya tiene todo listo para viajar a Asia. A fines de 2015 se convirtió en la primera mujer argentina en subir el Macizo Vinson, la montaña más alta de la Antártida, de 4.892 metros y de extrema complejidad de acceso, incluso, superior al Monte Everest de Asia. El ascenso lo consiguió el 30 de diciembre, luego de 12 días exigentes, de mucho sacrificio y trabajo. La nacida 2 de diciembre de 1971 también cuenta con las grandes experiencias vividas en los ascensos al Elbrus, en Rusia, el monte más alto de Europa; el Kilimanjaro (Tanzania); el McKinley en Alaska y el Aconcagua.
Ulehla, quien en 2014 y 2015, hizo un gran esfuerzo, pero no pudo hacer cumbre en el Everest, buscará que la tercera sea la vencida junto al experimentado andinista mendocino Ulises Corvalán (45 años).
“Esta todo listo, en realidad prestando atención a los detalles, pero ya todo planificado para este nuevo desafío. El 7 de abril iniciamos el viaje desde Argentina, para llegar el 9 a Kamandú en Nepal y allí, por China, como en 2015, iniciar el camino hacia el Everest. La ruta es compleja, hostil, con vientos que pueden llegar a los 300 kilómetros en la hora y temperaturas que podrían alcanzar los 50 grados bajo cero. Por ello hay una aclimatación, un trabajo previo y todo está supervisado y con estrategias. Así fue cada una de las expediciones qué llevé a cabo. En esta uno siempre depende del día a día, del parte del clima, pero las cuentas que sacamos es poder concretar el objetivo entre el 15 y 20 mayo”, contó “Laly” a Manantial Deportivo Radio.
Siempre disfrutó y fue protagonista en el deporte. Supo de darle batalla al Cruce de la cordillera de Los Andes, compartió grandes proezas con Roberto “Paco” Bustos, luchó en las pruebas combinadas, pero un día se enamoró, y para toda la vida, de la montaña. “Me preguntaban por los paisajes recorridos, los escenarios naturales visitados y la verdad es que vivía todo muy rápido, no lo disfrutaba. Y empecé a querer disfrutar más, a estar más tiempo viviendo en la montaña. Ya no tener la presión del resultado ni el apuro. Quería sentir a la montaña”, respondió “Laly”.
En 2012 se enamoró del Aconcagua y la relación con la montaña ya fue para toda la vida. Ya todo fue preparación para visitar las altas cumbres, llegaron las aclimataciones, las exigentes tareas previas, las rigurosas planificaciones y las perfeccionadas estrategias.

“En la montaña es el lugar en el que más viva me siento”
Las dos experiencias anteriores fueron duras, pero ella siempre pensó en seguir intentado. Claro, respetando al máximo a la montaña, a la naturaleza en general. María Alejandra sabe de exigencia, peligros, sufrimientos y pelear por la vida intentando alcanzar las metas de su pasión. En 2014, una avalancha la hizo regresar al país cuando buscaba el ascenso al Himalaya. Un año tuvo la segunda oportunidad de llegar y sentir a la cumbre más ala del mundo y cuando intentaba subir al Monte Everest, un terremoto en Nepal abrió grietas y debió batallar durante varios días hasta ser rescatada.
“Son palabras duras y frías, pero el riesgo está y la palabra muerte no se oculta, uno la conoce. Pero yo no voy a la montaña a morir, voy a vivir, es cuándo más viva me siento. La montaña no perdona el error, pero es como la vida misma. Uno no es igual todos los días y lo mismo pasa con la montaña. Cambia siempre y esa es la expresión de la naturaleza, la naturaleza pura y extrema. La montaña me enseñó valores muy buenos, humildad para aceptar, voluntad y valor para intentar. ¿Sí hay miedo? El miedo se va perdiendo en el día a día, uno se alimenta de valor, de los sonidos, de lo que ve y vive en ese lugar. Sé que está mi familia esperando y muchos me dicen que no lo vuelva a intentar, pero también sé que ellos, mi esposo y mis hijos, me respetan y conocen que estoy en una actividad extrema y ven que soy feliz haciendo esto y que siento mucha pasión. Y eso hace más fuerte a esta familia, el respeto por lo que cada uno quiere hacer”, agregó quien va detrás del gran objetivo en ser la primera mujer en escalar las siete cumbres más altas del mundo. Luego del Everest, ya está en la agenda el desafío de la cumbre más alta de Australia.
El 7 de abril, desde Ezeiza, María Alejandra, Ulises y la pasión por la montaña volarán hasta Nepal. Allí comenzará el camino hacia el Everest, allí comenzará a escribirse otra gran historia.
“Seguro que buscaré comunicarme, hay maneras de hacerlo, y poder informar a todos lo que está pasando. Me apoyo en todo el afecto que recibó a diario y en la buena energía que mucha gente me envía”, concluyó la experimentada montañista.
Nota: Adrián Hernández.
Foto: gentileza.

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