Gigantes dio todo, pero Bolívar es el campeón 2007

En una campaña impecable, con 32 victorias consecutivas, Bolívar se coronó campeón invicto de la edición 2006/2007 de la Liga Argentina, organizada por la ACLAV, al imponerse en un infartante 3-2 a Gigantes del Sur (25-18, 25-20, 21-25, 26-28 y 27-25) en el cuarto juego de la final, con un estadio Ruca Ché colmado como un marco inmejorable. Fue 4-0 la serie para el gran candidato.
Luego de dos victorias locales en el República de Venezuela, la serie se mudó a Neuquén, que albergó dos encuentros verdaderamente cargados de un aire de final. Más de 10.000 personas llenaron el estadio Ruca Che entre los dos partidos. Además, el segundo juego, el que finalmente consagró a Bolívar, fue televisado en vivo a todo el país.
En el primer duelo, el viernes, Bolívar venció pero debió transpirar más, imponiéndose por 3-1 (25-18, 25-17, 23-25 y 25-22). La visita exprimió al máximo el potencial del brasileño Wallace, que anotó 21 puntos, mientras que Gigantes empezó a encontrar resquicios en su rival, que le permitieron llevarse el primer set del fin de semana y anticipar que no le iba a resultar tan fácil a Bolívar quedarse con su tercer título local.
Y así fue. El cuarto encuentro, el del domingo, fue el más parejo y emotivo de la serie, y probablemente de toda la Liga. Gigantes había sido el único equipo, allá por el comienzo de la Fase Regular, que había logrado llevar a Bolívar hasta un tie-break, y volvió a conseguirlo, resurgiendo de un 0-2 en sets. El duelo de opuestos, terrible en esta ocasión, quedó en manos de Wallace, quien con 27 puntos se erigió como el máximo anotador, sólo uno más que Martín Hernández, quien de todas maneras jugó un partido excepcional. También merecen una mención Javier Sánchez en el local y Gabriel Arroyo y Alejandro Spajic del otro lado de la red, en una noche en que los centrales trabajaron a destajo y aportaron emoción.
Párrafo aparte para el quinto set. El liderazgo cambió de manos constantemente para darle a la Liga el cierre de lujo que merecía. Gigantes estuvo a un paso de mostrarle al campeón el sabor de la derrota, pero cayó con la frente alta. Y Bolívar probó que sabe de trabajar partidos complicados, para llevarse un título justo.

Hernández remata y Bolívar defiende. Gigantes dio pelea, pero no pudo.

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